domingo, 13 de abril de 2014

NO NOS REPRESENTAN (Por Leonor Rodríguez)


De nuevo nos enfrentamos  al momento de ejercer nuestro derecho al voto, un derecho con el que podemos libremente elegir a nuestros representantes, a  aquellos cargos públicos en los que vamos a delegar  y que han de ser nuestra voz.

Pero, sin embargo, estos representantes son aborrecidos incluso  antes de ser votados. No nos sentimos representados. La visión de los políticos como personas al servicio del bien común ha sido sustituida por la visión  de unos políticos  que acceden a la política para servirse del pueblo  con fines propios ,más que para servirlo.

Los políticos son cada vez menos creíbles y los engaños cada vez menos disimulados. escudados por el  poder político y económico. Se suceden los casos de falsos EREs,  cajas B,  sobres….apesta!!

Desde luego, el poder económico siempre ha estado junto al poder político, pero nunca tan concentrado  ni con tanta fuerza como hasta ahora, atravesando incluso fronteras , globalizando el mundo e imponiendo sus condiciones.
Nos encontramos con los cuatros poderes  sucumbiendo al chantaje del poder económico.

Ante los casos de corrupción que todos tenemos en mente,  podemos llegar a la conclusión de que estamos representados por políticos corruptos e ineficientes.
¿Y cuál es la solución? ¿Reemplazarlos por otros políticos?

Está claro que  el poder económico comienza a corromper a los políticos desde el ascenso dentro de los partidos tradicionales. Los recambios se dan entre la misma cúpula de estos partido y , por tanto,  los reemplazantes serán de la misma calaña  que los reemplazados.  Estos partidos no se pueden permitir que se les cuele  en sus listas electorales personas honradas y decentes que les desmonten el negocio .
Por eso le tienen tanto miedo a realizar unas primarias abiertas a la participación  de toda la ciudadanía y mucho más a que cualquier ciudadano pueda presentarse a esas listas electorales.

Esta crisis de representatividad  ha de superarse con la participación ciudadana y con la organización de la gente.

Guillermo Sullings decía sobre el sistema democrático actual:

Es como si alguien fuera a un negocio de comida, y en las vitrinas donde las exhiben, sólo hubiera dos o tres platos para elegir; y resulta que todos son un asco, pero no hay otra cosa y uno termina llevando el menos repugnante para no morirse de hambre….
Nos dejan elegir entre los que exhiben en la vitrina, pero antes alguien eligió por nosotros qué opciones debía contener la vitrina….
Ésta es una trampa formidable de la democracia formal….

La gente debe poder conformar un nuevo tipo de estructura organizativa que permita canalizar la voluntad de las mayorías…. “

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